Campaña No a los tratados de comercio e inversión

Campaña No a los tratados de comercio e inversión

Por Ecologistas en Acción | 19-6-18

 Desde hace más de cuatro años distintas organizaciones, colectivos, partidos políticos, sindicatos, asociaciones profesionales y entidades de distinta naturaleza han trabajado juntas para pedir al Gobierno español y a la Unión Europea la paralización de las negociaciones del tratado transatlántico con EE UU (TTIP) y de la ratificación del acuerdo con Canadá (CETA).

 Ante el anuncio de la Unión Europea de la puesta en marcha de nueve grandes acuerdos nuevos durante 2018, se ha creado la campaña estatal ‘No a los tratados de comercio e inversión’. Su objetivo: ampliar la información a la ciudadanía, trabajar en la incidencia política y continuar con el activismo y la movilización social.

La campaña estatal ‘No a los tratados de comercio e inversión’, heredera de la campaña ‘No al TTIP, CETA y TiSA’, forma parte de una red presente en más de 2.000 ciudades y pueblos de Europa. Está integrada por organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos, sindicatos, asociaciones profesionales y diversas entidades de diverso tipo, entre ellas Ecologistas en Acción, así como por personas a título individual que comparten su preocupación por las amenazas que plantean los tratados de comercio e inversión (TCI).

Gracias a la movilización social, en los últimos años se han conseguido importantes logros en la lucha por impedir la firma y ratificación de los tratados con EE UU (TTIP) y Canadá (CETA). El TTIP sigue paralizado y el CETA aún tiene que ser ratificado por muchos parlamentos nacionales. Además, los tribunales privados para las corporaciones (ISDS) han sido puestos en evidencia como antidemocráticos y han sufrido un desprestigio político y jurídico en la UE.

Sin embargo, a pesar de estos logros, la UE continúa trabajando en la implantación de una agenda comercial neoliberal a través de una oleada de nuevos acuerdos, como el acuerdo multilateral de servicios (TISA) y los acuerdos comerciales con México, el bloque de Mercosur, Singapur, Vietnam o Japón, entre otros.

Según Lucía Bárcena, portavoz de la campaña e integrante de Ecologistas en Acción, estos tratados de comercio e inversión afectan negativamente a las vidas de las personas, especialmente las más vulnerables, y están diseñados para defender y perpetuar un sistema económico en profunda crisis, tanto social como económica y medioambiental.

Por ello, la campaña ‘No a los tratados de comercio e inversión’ rechaza las negociaciones de estos tratados, llevadas a cabo con gran opacidad, y exige un debate político transparente y democrático. Desde esta campaña se reclama una política económica y comercial que sirva para el interés público y actúe en favor de un futuro común. Asimismo sus representantes afirman: “Es más importante que nunca continuar trabajando para ejercer un control ciudadano ante la imposición del poder de las transnacionales”.

La campaña ‘No a los tratados de comercio e inversión’ defiende la construcción de unas relaciones y políticas comerciales entre los pueblos que pongan en primer lugar a las personas y al planeta, garantizando los derechos humanos y la protección medioambiental. Rechaza a su vez “la estrategia de competencia salvaje y desigual que propugnan los gobiernos neoliberales en Europa”.

Las organizaciones que se adhieren a la campaña se han desmarcado y diferenciado de la oposición a estos tratados por parte de la extrema derecha: “nuestra propuesta parte de la cooperación e integración de los pueblos”, ha afirmado Bárcena. Durante la presentación de la campaña en una rueda de prensa moderada por el actor Juan Diego Botto, las portavoces han señalado las características de su propuesta comercial:

 Un comercio que reduzca los impactos de la globalización económica.

 Un comercio al servicio de las mayorías sociales y no de las empresas multinacionales.

 Un comercio basado en la cooperación de los pueblos.

 Un comercio que fomente una economía dirigida a generar recursos para la vida.

 Un comercio que proteja los derechos laborales.

 Un comercio que proteja la educación, la salud, el agua, el conocimiento, la cultura y muchos más bienes públicos como recursos no sujetos a la apropiación privada.

 Un comercio que incentive la economía social y solidaria y promueva el comercio local.

 Un comercio que proteja el futuro de la agricultura campesina en el norte y el sur global.