¿Qué es el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión entre EEUU y Europa?

¿Qué es el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión entre EEUU y Europa?

Por Luciano Coccio, 21-4-15

Miles de personas salieron este sábado a las calles de las principales ciudades de Europa en rechazo al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP, en sus siglas en inglés) entre la Unión Europea y EEUU, el cual consideran que amenaza los derechos sociales y laborales, los estándares medioambientales y la seguridad alimenticia.

El “Día de Acción Global” fue convocado por organizaciones sociales, campesinas, políticas y sindicales de cara a la novena ronda de negociaciones entre Bruselas y Washington que comenzó este lunes en Nueva York. El objetivo fue romper con el silencio mediático y el secretismo con que se llevan las negociaciones.

En España, las mayores manifestaciones fueron en Madrid y Barcelona. En la capital española alrededor de diez mil personas marcharon bajo el lema “Las personas y el planeta no somos mercancías”. Otras cuatro mil hicieron lo propio por el centro de Barcelona. Detrás de los tractores que encabezaban la manifestación, una pancarta aclaraba: “Las personas y el planeta antes que el capital”.

Una cadena humana de 1500 personas, en Berlín, unió la plaza Potsdamer, pasando por la embajada estadounidense y la Puerta de Branderburgo, hasta las oficinas de la Comisión Europea. También se realizaron manifestaciones en Leipzig, Stuttgart, Fráncfort y Munich. En esta última, según los organizadores, acudieron 15 mil personas.

También alrededor de 15 mil manifestantes se movilizaron por el centro de Viena. A su vez, tres mil lo hicieron en Salzburgo, 2500 en Linz y 1500 en Graz, siempre según datos de los convocantes.

En Bruselas, ciudad que acoge al Parlamento Europeo, dos mil personas también dijeron no al tratado de libre comercio que apoyan los partidos liberales, conservadores y socialdemócratas europeos.

¿Qué es TTIP y qué se negocia?

Para lo defensores del TTIP la cuestión es simple: quitar todas la trabas y obstáculos para la unión de los dos principales bloques económicos. Estados Unidos y Europa suman cerca del 60% del PIB mundial, un tercio del comercio internacional de bienes y servicios y 800 millones de consumidores. En palabras del ex presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, crear “la mayor zona de libre comercio en el mundo”.

La Comisión Europea, que negocia en nombre de los Estados miembros de la UE, asegura que el TTIP implicaría un crecimiento del PIB de la UE de entre 68 y 119 mil millones de euros para el 2027 y un crecimiento anual para los Estados Unidos de entre 50 y 95 mil millones de euros. Lo cual repercutiría en un incremento medio de ingresos de 545 euros por familia europea y 655 euros por cada familia estadounidense.

Los partidos de izquierda, ONGs y sindicatos, denuncian que se está negociando a espaldas de los ciudadanos y a favor de las grandes corporaciones. Para los críticos, “armonizar las regulaciones” no es más que eliminar la protección de los consumidores y el medioambiente, derechos sociales e incluso laborales. “Será un huracán que se llevará por delante nuestros derechos”, advirtió Marina Albiol, eurodiputada por Izquierda Unida.

Los detractores se preguntan si EEUU, que sólo reconoce dos de los ocho derechos fundamentales de la Organización Mundial del Trabajo, ¿pasará a reconocer los otros seis o Europa nivelará a la baja? Lo mismo ocurre, por ejemplo, con las restricciones europeas a los cultivos transgénicos o al uso de hormonas de crecimiento, los suplementos alimenticios o la aplicación masiva de antibióticos en el ganado, habitual en los Estados Unidos. Las organizaciones ambientalistas también advierten que el tratado le abre las puertas al fracking y facilitará el ingreso de arenas bituminosas en Europa.

Servicios sociales como la educación y sanidad pública corren peligro. La Organización Medica Colegial de España alerta que “la mercantilización y liberalización impuesta por este acuerdo forzaría la privatización progresiva del sistema sanitario. Un aumento de costes para los ciudadanos y mayor desigualdad en el acceso a los servicios”.

Uno de los puntos elementales del TTIP es la inclusión de los Investor-State Dispute Settlement (ISDS) que permitirá a la multinacionales demandar a un Estado que haya tomado medidas que afecten a sus intereses. Lo podrán hacer ante tribunales de arbitraje, no ante las justicias nacionales, en ningún caso los Estados podrán demandar a la corporaciones y el laudo es irrevocable. Un ejemplo es la demanda que CMS Energy interpuso al Estado argentino al congelar las tarifas de los servicios públicos tras la devaluación de 2002.

Otro de los aspectos que preocupa es el sigilo con que se están llevando a cabo las negociaciones. Según el Observatorio Corporativo Europeo (CEO), el 93% de las reuniones de la Comisión fueron con las grandes multinacionales (General Motors, Telecom, Nokia, entre otros), mientras que en el 7% restante con representantes de la sociedad civil.

Cuando esta información fue publicada por el CEO, Ignacio García Becerro, jefe de las negociaciones europeo, respondió con una carta tranquilizadora a su homónimo americano: “Todos los documentos relacionados con las negociaciones estarán cerrados al público durante 30 años”.

Tampoco es fácil el acceso a los documentos para los propios europarlamentarios. Luego de pedir cita e indicar exactamente qué documentos desean consultar, tienen dos horas. Al entrar al reading room deben dejar todo aparato electrónico, relojes, bolígrafos y siempre están acompañados de un funcionario de la UE. Una vez fuera no pueden comentar nada bajo amenaza de sufrir sanciones administrativas y exponiéndose incluso a afrontar un proceso legal.

Para Susan George, fundadora de Attac, “es un tratado vampiro, que solo puede vivir en la oscuridad. Si lo sacamos a la luz, si lo damos a conocer, retrocede y muere”.

Luciano Coccio, desde Barcelona – @LuchismoD

source: Notas